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Diario de Colombia, por Juan Sedano

La segunda colaboración de este blog me trae muchos recuerdos de mi viaje a Colombia en las navidades pasadas. Muchas de las vivencias que relata me transportan a esa Latinoamérica viva que extraño tantas veces. Su autor, Juan Sedano, es un verdadero viajero, capaz de transmitir toda esa vida, todas esas emociones, todas esas sensaciones y todo eso que a veces experimentamos al viajar y al poder compartir momentos, más que descubrir lugares. Así que, al lío. Posdata: me he tomado la libertad de incluir algunas imágenes de mi viaje a Colombia, ya que también estuve por el Cabo de la Vela, hablando con muchos wayuus, y por Palomino y Cartagena. Diario de Colombia Los primeros días en este continente sagrado transcurren desde la primavera eterna de Bogota a la fiesta perpetua de los costeños de Palomino. La ciudad de Bogota únicamente me ha transmitido hasta el momento el terror de la desigualdad. Sería absurdo vivir allí pero también he sacado cosas buenas como conocer a Marìa y...

Yugoslavia (cuarta parte): nos llevamos un regalo de Sarajevo

No puedo hablar del viaje balcánico sin contar una historia de la que fuimos testigos directos, que nos marcó profundamente. Una historia que tuvo lugar cuando, llegando a Sarajevo de vuelta en el bus desde Belgrado, le pedimos al conductor que nos dejara cerca de la casa donde íbamos a pasar la noche. Después de subir unos 20 minutos por la colina, encontramos la calle, pero... no había señales del número al que teníamos que ir. Del 41, al 45 y sin rastro del ansiado 43 (nuestro destino). Los bosnios ya me habían demostrado varias veces su carácter afable y amigable, y esta vez no fue una excepción. Preguntamos a unos chicos si podían ayudarnos, y enseguida organizaron una batida, preguntando a todo aquel que se encontraban y enrolándole para la causa. A todo esto, eran más de las 11 de la noche. A todo esto, los reclutadores me proponían llamar por teléfono a la mujer que nos esperaba, cuando por fin, la encontramos. Lo mejor de todo es que no sabíamos que, aquí en Sarajevo, ...

Yugoslavia (tercera parte): Belgrado, la capital de Serbia

Hay dos curiosidades sobre el viaje a Belgrado que me hacen mucha gracia: la primera, que en la frontera nos pararon e inspeccionaron (mochilas incluidas). Primer aviso de que no íbamos a encontrar muchos turistas por allí (una vez más, éramos los únicos extranjeros en el autobús). La segunda, es que antes de salir de Sarajevo, Eva (la polaca con la que estuvimos) no dejó de sorprenderse de que fuéramos por nuestra cuenta y riesgo a Serbia, donde el alfabeto ( cirílico ) es totalmente distinto, y decidiéndolo así, de la noche a la mañana. La pobre debió de pensar que estábamos rematadamente locos. En parte, me doy cuenta de que Eva tenía algo de razón: esa mañana habíamos cogido el autobús a las 6 de la mañana, y como no estábamos seguros de encontrar taxis a esa hora (de hecho, no los encontramos), nos levantamos a las 5 para un cardio en ayunas que dirían mis locas amigas profesoras, y nos fuimos caminando a la estación de autobuses (40 minutillos). Cuento esto porque es necesario ...

Dubrovnik, bajo la mirada crítica

Inauguro la nueva sección de colaboraciones con esta visión crítica, políticamente incorrecta y no apta para todos los públicos (al menos, puede que no guste a algunos) sobre Dubrovnik. Su autor, Jesús Lizcano, además de licenciado en Historia, ha sido mi compañero de viaje por los Balcanes. Así que, aunque cada uno hemos sacado nuestras propias conclusiones, en esta coincidimos bastante. Ahora que se habla de la turismofobia tan alegremente, para seguir permitiendo que unos pocos se llenen los bolsillos a costa de que la gran mayoría perdamos (derechos, salario, vida en nuestras ciudades, etc.), creo que no hay mejor momento para esta crítica a una forma de hacer turismo que cada vez resulta más asfixiante y menos atrayente. Y sin más preámbulos, que ya estoy dando bastante la chapa , he aquí: En Dubrovnik no hay paraíso Nunca vi un casco histórico con tal volumen de personas circulando, y sin embargo tan muerto. Esta es la frase que mejor puede resumir la impresión que me lle...

Yugoslavia (segunda parte): Sarajevo

Llevaba años queriendo ir a Sarajevo, queriendo conocer Bosnia, deseando adentrarme en las profundidades de un país que, sin saber cómo ni por qué, me atraía enormemente, desde aquel InterRail en 2008 en el que coincidimos con unos españoles que venían de Sarajevo, realmente sorprendidos. Muchas veces me he equivocado en estos ramalazos, y la mayoría de veces los destinos que me atraían me han decepcionado finalmente. Afortunadamente, esto no me pasó en el caso de Bosnia. Y eso que atravesar la frontera con Croacia es un rollazo de tamaño industrial, sobre todo porque Bosnia tiene un pequeño acceso al mar, en Neum, lo que supone que si te diriges a Sarajevo en autobús, tienes que pasar 3 veces la frontera, con sus consecuentes inspecciones de pasaporte y paradas. Sin embargo, te vas habituando a este ritmo lento balcánico, incluso a sus carreteras estrechas, a recorrer pocos kilómetros en varias horas. Ya habíamos tenido esa sensación en Montenegro ( aquí ). El caso es que nad...

Yugoslavia (primera parte): Dalmacia

Por poner un poco en antecedentes, la región de Dalmacia se extiende por la costa croata y montenegrina, más o menos desde Zadar hasta Kotor. Con gran influencia veneciana, pero también bizantina, es un buen lugar de inicio para comenzar a descubrir la región de los Balcanes, la antigua Yugoslavia y su complicada historia. Como ya comenté de pasada  aquí , nuestro viaje por los Balcanes en realidad iba a ser una primera aproximación a la costa croata y a parte de Bosnia, pero la masificación que vimos en Dubrovnik y el hecho de que no teníamos reserva de ningún alojamiento más allá de Dubrovnik y Sarajevo nos permitió cambiar de planes. Y menos mal. Llegamos a Dubrovnik un poco por casualidad, porque es adonde llegan la mayoría de vuelos baratos que vuelan a la zona. Como tampoco nos salía rentable alquilar un coche, estábamos a expensas de los horarios de autobuses, un poco difíciles de encontrar desde España, así que fuimos decidiendo todo sobre la marcha . Pero ya está...

Seis cosas que echas de menos cuando vives fuera de España

Antes de relatar los pormenores de mi aventura balcánica, quiero hablaros de todas aquellas cosas que todos los españoles que hemos vivido fuera de España echamos de menos sobre nuestro país. Por más que lo critiquemos mientras estemos aquí, nos quejemos del aburrimiento mortal de una cosa u otra o nos avergoncemos de ciertas situaciones, siempre siempre siempre nos faltarán: 1. Las persianas. Nunca entenderé cómo un invento tan simple, tan genial, tan barato NUNCA existe fuera de nuestro país. ¡Si hasta quita calor! Me he encontrado con contraventanas, con cortinas translúcidas, con cristales opacos, o incluso la nada más absoluta. ¡Encima en países donde amanece a las 5 de la mañana! Vamos a ver, que yo entiendo que no exportemos frutas tropicales, pero las persianas... Es algo que no entenderé jamás. 2. El jamón. Por muy buena que sea la comida local, un español siempre extrañará el jamón. Puede que también la tortilla de patatas de su abuela, el queso de su pueblo o el vino ...