Hace más o menos un año, como ya conté aquí , me fui a Colombia a visitar a mi amiga Eva. Fueron sólo 15 días, demasiado poco para todo lo que queríamos ver y hacer, así que al final decidimos relajarnos y visitar lo que se pudiera, que lo importante era respirar momentos (muy al estilo latinoamericano y colombiano). En Colombia descubrí que los colombianos son de lo más acogedor, siempre dispuestos a compartir y a una buena conversación. Descubrí que no tienen nada que ver los rolos (de la capital), con los paisas (de Medellín) o con los costeños (de la costa, descendientes de esclavos afroamericanos). Descubrí que siempre es buen momento para comer arepas y tomar un tinto (café - por cierto, de los mejores del mundo). Descubrí que siempre están dispuestos a tomar unas polas (cervezas), que son muy bacanos , y allí donde fui encontré gente de lo más chévere . Primera parada: Tabio y Bogotá Nuestro itinerario de viaje, ya digo, no fue muy extenso. Ella vivía en Tabio...
Lo que empezó siendo un viaje por México, acabó siendo un viaje por la vida. ¡Vive! ¡Viaja! (si quieres)