En los alrededores de la ciudad
de Puebla, también cercano al estado de Veracruz y no muy alejado de la capital
de México, se encuentra un Pueblo Mágico de más que digna visita: Cuetzalan del
Progreso, en el estado de Puebla. Un pueblo en el corazón de la Sierra Norte de
Puebla, caracterizada por una frondosidad paisajística, una enraizada cultura
indígena y mucho, mucho encanto.
Sus calles, llenas de vida,
conducen casi sin querer al zócalo y al mercado de artesanías que se desarrolla
los domingos, y donde también en domingo se puede disfrutar de la ceremonia de
los Voladores. Esta manifestación con origen religioso pero asociada a la
fertilidad, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la
Unesco, solo sobrevive en grupos nahuas y totonacos, ubicados en el norte de
Puebla y en Veracruz, así como en Guatemala. Es, por tanto, muy típica de
Cuetzalan, además de resultar impresionante para el visitante.
Además del bonito entramado de
Cuetzalan, se pueden visitar otros entornos interesantes en los alrededores del
pueblo. En primer lugar, destacan las ruinas de Yohualichán, a las cuales se
puede acceder en un camino en combi por unos escasos $10-$15 (menos de 1€). Este
yacimiento, con gran influencia de otro importante como es El Tajín, se cree
que sirvió de lugar de emplazamiento próximo a El Tajín para pueblos totonacas,
que tuvieron que emigrar ante la proximidad de grupos vecinos bastante más
guerreros que ellos.
También cerca de Cuetzalan se
encuentran algunas de las múltiples cascadas que se pueden visitar. La más
famosa es Las Brisas, donde además también te puedes bañar (eso sí, el agua
está fresquita). Para llegar a ella, hay que tomar una combi (cuesta $6) y
caminar unos 400-500 metros. Mi consejo si se dispone de tiempo y ganas para
conocer algunas cascadas es acudir a la oficina de información turística
(situada en el zócalo, a un lado de la Iglesia) y preguntar por las distintas
cascadas y formas de llegar a ellas.
Y, para muestra, un vídeo de lo
que Cuetzalan ofrece al visitante:
Pero esto no es todo. Cuetzalan no puede nada más describirse como un pueblo con encanto, con ruinas prehispánicas, cascadas y alternativas de ecoturismo en sus alrededores. En Cuetzalan se respira tradición y cultura milenaria por los cuatro costados, y perderse por sus mercados y callejuelas te hace sentir transportado a una mezcla entre pasado y presente que se dan la mano en increíble armonía.
Para llegar a Cuetzalan, se toma
un camión desde CAPU (Puebla) que cuesta unos $180 (10€). La duración del viaje
es variable, pero no baja de 3 horas, así que lo mejor es pasar allí una noche.
Los alojamientos van desde $200 (12€) a lo que se quiera pagar, pero comer en
el mercado es muy barato y delicioso.
Otro de los Pueblos Mágicos del
estado es Zacatlán, también conocido como Zacatlán de las Manzanas (por la
calidad y cantidad de esta fruta que se da en la zona, y la consecuente
elaboración de sidra, eso sí, muy diferente de la que conocemos).
De clima habitualmente húmedo, no
tiene el ambiente de Cuetzalan, pero aun así resulta interesante. Posee varios
edificios emblemáticos, como el museo del reloj y el templo franciscano, pero
lo más interesante son sus alrededores, con frondosos bosques donde se puede
practicar ecoturismo, así como múltiples cascadas con grandes caídas de agua,
de entre las que destacan la cascada de San Pedro Amantla y la de Tulimán.
Asimismo, la vista de la Barranca
de los Jilgueros resulta impresionante y de belleza inigualable. Junto con la
cata de su típica sidra y de parte de su gastronomía típica como el pan de
queso, ofrece una interesante alternativa para un fin de semana en la
naturaleza, junto con su vecino Chignahuapan.
Este pueblo, recientemente
denominado también Pueblo Mágico, es famoso por la elaboración de esferas
navideñas, pero sus calles tienen cierto encanto. Ofrece también varias
alternativas de ecoturismo, así como baños termales, otro de sus reclamos
turísticos. Y además en sus alrededores se encuentra una de las mayores
cascadas del estado, el salto de Quetzalapa.
Si no se dispone de tanto tiempo
(llegar a Chignahuapan lleva unas 2 horas, 2 horas y pico a Zacatlán) o se
prefiere otro tipo de turismo cercano a Puebla, un destino a tener en cuenta es
Atlixco, la ciudad de las flores. Se encuentra a escasos kilómetros de la
capital del estado, si bien es cierto que en autobús se tarda aproximadamente
una hora.
La primera parada casi
obligatoria es su mercado, donde se puede degustar cecina (típica de esa localidad),
una especie de carne fina distinta al embutido que conocemos en España, que se
asa al fuego y se combina con aguacate y queso en forma de tacos. De verdad, más que rico.
Con el estómago lleno, ya se
puede disfrutar de un paseo por sus calles, e incluso subir al cerro de San
Miguel, el cual cobra una importancia vital en una celebración típica de esta
villa: la gran fiesta del Huey Atlixcáyotl, en donde se reúnen danzantes de
todas las regiones del Estado. Tiene lugar el último domingo de septiembre.
Atlixco disfruta de un particular
clima cálido, donde casi todos los días del año hace un sol de justicia y un
calor de impresión, así que conviene ir precavidos. El autobús (desde CAPU,
Puebla) cuesta $27 (1,5€) con ORO-ERCO, la más barata de las compañías (hay
varias que realizan el trayecto).
Sea como fuere, cada destino es
tan diferente que será como viajar a tres países con similitudes, pero
distintos (y eso que no nos movemos del
Estado). Atlixco viene a ser como una villa tranquila y colorida, Zacatlán
y Chignahuapan son pueblecitos típicos poblanos, y Cuetzalan es una maravilla
para los sentidos, un lugar donde perderse y perderse y de donde nunca te quieres ir.
Mmm Cecina , Atlixco, Cuetzalan, tu post me hace recordar muy buenos momentos por esos rumbos. sigue asi Karen felicidades!
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