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Un trocito de Pacífico

Que por cierto de pacífico no tiene nada…

Las impresionantes costas Oaxaqueñas, además de no estar tan turistizadas como Acapulco o Puerto Vallarta, constituyen un lugar alternativo, de paz, surf y fiesta. Lo único no tan bueno que tienen es que se encuentran un poco lejos.

Bordeando la costa de norte a sur encontramos lugares donde perdernos, como el Parque Nacional de las Lagunas de Chacahua, Puerto Escondido, Zipolite y Mazunte en Oaxaca (también Huatulco y sus bahías) y Boca del Cielo en Chiapas. Pero no son las únicas opciones. Más al norte, en el estado de Nayarit, se encuentra un lugar verdaderamente mágico: Playa Escondida (¡y vaya que sí lo está!).


Pertenece a las Islas Marietas, por lo que su acceso únicamente se lleva a cabo nadando. Se puede tomar un barco desde el embarcadero que lleva hasta la “entrada” donde hay que sumergirse y nadar hasta el otro lado de la cueva. Aquí podéis ver cómo:


Sin embargo, la zona de Puerto Vallarta, cercana a esta playa, se parece más a Acapulco (en el sentido del tipo de turismo, del tipo de playas, y cómo no, del tipo de gente que va a ellas). Es decir, que en estas zonas lo del low cost es mucho más difícil.

Igualmente, cerca de Acapulco se encuentra Ixtapa-Zihuatanejo, una zona un poco más tranquila, de un turismo diferente, y donde sí se puede ir por un precio más económico. Aunque es cierto que, pese a que el alojamiento no es caro, el viaje hasta llegar allí no baja de los $600 – sólo ida – (unos 36 euros).

En cambio, las playas de Oaxaca ofrecen un ambiente más distendido e igualmente muy, muy bonito.

Chacahua es un parque natural formado por una serie de lagunas con manglares ubicadas junto a la playa. No es muy conocido como destino turístico, y eso hace que la preservación de la fauna en esta zona sea primordial, además de que se descubre así un pueblo más dedicado a la pesca que al turismo.

La forma más sencilla de llegar es desde Puerto Escondido. De allí se toma un camión (autobús) o combi (transporte colectivo) hasta Río Grande, que cuesta unos $30 (1,80 euros). De ahí se toma un colectivo a Zapotalito (de $12 de costo – unos 75 céntimos), desde donde salen lanchas – taxis por unos $20  (1,20 euros) que llevan a Chacahua. En Chacahua se puede acampar de forma gratuita en la playa (acordando con los dueños de las palapas el consumo del día siguiente) o en cabañas por unos precios variables, desde los $150 (9 euros).

De regreso a la civilización, Puerto Escondido es uno de los paraísos mundiales del surf. En la playa de Zicatela o en Punta Zicatela solo los más atrevidos pueden bañarse, pero para los surfistas sus olas suponen todo un reto. Su irregularidad y los impresionantes tubos que generan hacen que solo sean aptas para los más expertos.


En determinadas épocas del año, pueden observarse tortugas, ballenas, delfines, manta-rayas y demás fauna de la zona, e incluso la pesca de los pelícanos a orillas de la playa.


Sin embargo, la playa de Carrizalillo, más recogida y sin tantas olas, es el lugar idóneo para dar los primeros pasos en el surf o simplemente para disfrutar de un baño (o cientos). Además, hay que tener en cuenta que en toda la costa del Pacífico la temperatura media todo el año ronda los 30ºC, y cualquier época es buena para disfrutar de un clima tan agradable (tirando a caluroso de narices).


Para llegar a Puerto Escondido, hay varias opciones:

1.     Saliendo de DF o Puebla, hay autobuses directos (con ADO) pero que no son la opción más barata. Son bastante cómodos, pero conllevan muchas horas: 18 horas desde Df y 15 desde Puebla, por unos $900 (55 euros).

2.       Saliendo de otros destinos que tengan como punto común Oaxaca (incluso DF o Puebla), hay unas combis (colectivos) que si bien no son los más cómodos, sí son muuucho más baratos. Hay varias compañías, cuyos precios oscilan entre los $170 y los $210 (10-12 euros), que se localizan en las calles Galeana y alrededores, llegando hasta Arista. En estas combis, el viaje dura 6-7 horas (sí, inexplicablemente solo hay 290 Km de Oaxaca a Puerto), por lo que se puede pasar de noche (no es que sea un lugar muy cómodo para dormir, no tanto por la furgoneta en sí, sino porque es un camino de curvas - por donde no va el autobús).


3.       Desde Pochutla hay micros (camiones), hasta las 7 de la tarde, cuyo recorrido dura aproximadamente 1 hora y media, de un costo de $38 (2 euros).

Puerto Escondido tiene muchos bares, palapas (nuestros txiringuitos), y el famoso Bar Fly (original), de ambiente alternativo y con música en vivo siempre. También se encuentran rincones bohemios como Casa Babylon. Todos ellos se llenan, al igual que el propio Puerto, en épocas vacacionales, con un boom en Semana Santa. El resto del año el lugar es tranquilo, pero siempre se encuentran lugares para salir a disfrutar.

Los alojamientos son muy baratos (desde $60 a $100 – 3,5 a 6 euros), tanto en Zicatela y Punta Zicatela (lo malo de Punta Zicatela es que para salir es absolutamente necesario tomar un taxi, si no se cuenta con vehículo propio, si bien es cierto que los taxis cobran 20 - 30 pesos (1,20 – 1,80 euros) hasta Zicatela, donde se encuentran todos los bares). También hay muy buenos precios en Carrizalillo, pero se necesita tomar un taxi por la noche (por el día bajar a Zicatela es perfectamente factible, de hecho, se tardan 15 - 20 minutos). De igual manera, hay numerosos lugares donde desayunar por 45 – 50 pesos (unos 3 euros) como si no hubiera un mañana, y en especial recomiendo un lugar que se encuentra justo antes de la bajada peatonal a Carrizalillo, donde por $50, te atiborras de forma que no tienes hambre hasta la noche.

Mazunte, por su parte, ofrece un ambiente… diferente. Con sus hippies, su tranquilidad, sus terracitas junto a la playa y su centro tortuguero. De igual manera, el alojamiento es muy barato (Hostal La Isla o la Posada del Arquitecto son muy recomendables), si bien es cierto que atrae otro tipo de turismo, más hippie – bohemio – soñador, y resulta mucho más acogedor (Puerto Escondido está lleno de surfistas, Mazunte de gente alternativa – no quiero volver a decir hippies).


Para llegar a Mazunte desde Puerto Escondido, se toma el micro a Pochutla (o el camión) de $38 hasta San Agustinillo, y de ahí un colectivo lleva a Mazunte por $10 (en total, unos 3 euros). Para llegar desde Oaxaca, se puede tomar el camión hasta Pochutla o igualmente una combi económica (salen más o menos cada hora y tardan unas 5 horas en llegar), y en Pochutla tomar los mismos colectivos que después pasan por San Agustinillo.

Zipolite, entre Mazunte y Pochutla, es otro pequeño pueblito cuya playa es famosa por ser de las pocas nudistas del país. Se puede llegar desde Pochutla en colectivo y el alojamiento allí también es barato, aunque lo más lógico es alojarse en Mazunte e ir a pasar el día.

No se puede abandonar Oaxaca sin degustar las tlayudas y el mezcal, productos tan típicos de México como los tacos y el tequila, originarios de este estado y amados por los oaxaqueños. La verdad, en mi opinión las tlayudas no son tan exquisitas como unos tacos, pero tienen su pase. Son “la pizza mexicana”, con base de frijoles untados en tortilla (¡cómo no, frijoles y tortillas!), lechuga, tomate, queso Oaxaca (en Oaxaca se llama quesillo, pero en el resto del país recibe esta denominación), y carne. Ya digo que no tienen tanto sabor (eso sí, imprescindible echarles salsa picante), pero son una comida completa por $40 (2,40 euros). Y el mezcal viene a ser el tequila del estado, un destilado de agave (que llamaríamos nosotros cactus, ni idea de que había tantos tipos de ellos) también de alta graduación pero sabor diferente (eso dicen ellos, porque para nuestro paladar no solo sabe muy parecido, sino que lo sentimos muy fuerte) y, en ocasiones, con gusano incluido (mejor no cuento nada de esto, para que cada uno lo descubra cuando y como quiera). Pero lo dicho, hay que probarlos.


Siguiendo nuestro recorrido hacia el sur, se encuentran las Bahías de Huatulco, realmente de una belleza singular, con algunas playas “vírgenes” (la zona está demasiado turistizada para que reciban tal calificativo) y otras famosas, como aquella donde se rodó “Y tu mamá también”. Sin embargo, se alejan un poco de nuestro objetivo de cuidar el bolsillo, porque sobre todo abundan grandes resorts hoteleros y alojamientos del palo.

Más al sur, se encuentran las playas de Chiapas, de hecho algo más desconocidas (exceptuando Chacahua), como Puerto Arista (el más turístico), a 19 Km de Tonalá, y Boca del Cielo, una playa vírgen, con cabañas para alojarse y un ambiente muy, muy tranquilo, hasta idílico (de hecho es un lugar adonde llegan las tortugas a desovar). Para llegar hasta Boca del Cielo hay que tomar un camión hasta Tonalá y de ahí colectivos o taxis llevan hasta la misma.

En definitiva, numerosas son las opciones a la hora de visitar las no tan típicas playas mexicanas. Sean cuales sean las elegidas, de seguro el ambiente, los cocos a la orilla del mar, las olas y el descubrimiento de nuevos lugares, con la compañía adecuada, harán que disfrutéis del paraíso del maravilloso Pacífico. Si tan solo fuera pacífico… 

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