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Septiembre, el mes patrio por excelencia

Si en estos días o en este mes vas a ir a México, tienes que tener en cuenta una fecha enmarcada para todo mexicano: el 16 de septiembre, día que se conmemora la Independencia de México. Pero ya durante todo este mes se puede ver multitud de banderas tricolores por doquier, calles engalanadas, tiendas con motivos nacionales y todo tipo de accesorios (y cuando digo todo tipo, es literal) para la ocasión.


Porque, por raro que nos parezca, los mexicanos este día se ponen las camisolas más típicas, las pajaritas verde, blanco y rojas, los pendientes de los colores nacionales, bigotes postizos, pelucas o gorros, y un larguísimo etcétera con lo más variopinto que te puedas encontrar. Sí, a nuestros ojos es algo un poco hortera, y jamás nos imaginaríamos ese despliegue, ni siquiera en una fiesta de disfraces con tintes de lo más facha. Pero tiene su encanto.


El origen de esta festividad se remonta al siglo XIX, y concretamente al 16 de septiembre de 1810, cuando Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y Juan Aldama se sublevaron contra el gobierno de La Nueva España, llamando al pueblo a que tomara las armas al tañer la campana de la parroquia de Dolores Hidalgo (estado de Guanajuato). Este hecho se considera el desencadenante de la Guerra de Independencia mexicana, y es tanto en el estado de Guanajuato como en Dolores Hidalgo donde las celebraciones toman el carácter más histórico.

Sin embargo, se cuenta que el grito debería celebrarse el 16 por la noche (y no el 15 por la noche, como se hace), pero que Porfirio Díaz (expresidente del país) lo cambió al 15 para hacerlo coincidir con el día de su cumpleaños. Sea como fuere, este día se puede disfrutar en cualquier parte del estado mexicano prácticamente de la misma manera. De igual manera, es una festividad donde la sociedad mexicana (que gusta de no mezclarse entre sus diferentes estratos sociales) es más homogénea que nunca. Tanto la forma de vestirse, como la forma de celebrarlo es muy, muy similar. Hay quien lo celebra en casa, con la gastronomía típica del momento (chiles en nogada, pozole) y quien se reúne en el zócalo para el grito.

Y es que sí, es, tal cual, un grito. El presidente municipal, gobernadores o el presidente del país, reciben la bandera y repiten lo siguiente:

¡Mexicanos!
¡Vivan los héroes que nos dieron patria!
¡Viva Hidalgo!
¡Viva Morelos!
¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!
¡Viva Allende!
¡Vivan Aldama y Matamoros!
¡Viva la independencia nacional!
¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!

Tras lo cual, ondea la bandera y se canta el himno nacional, para pasar a los festejos verbeneros que se nos hacen más normales y habituales.


Desde luego, creo que es difícil entender esta fiesta para un extranjero, y creo que más proviniendo de un país como España, en donde, fuera de los partidos de fútbol, rara vez se muestra algo de patriotismo. Y me resulta aún más llamativo cómo los españoles en este día nos entregamos a la causa como si nos fuera la vida en ello, pintándonos la cara, poniéndonos todo tipo de complementos tricolores, cuando jamás en España nos imaginaríamos de esa guisa. Curioso, nada más.

Comentarios

  1. Me gusta la manera en que lo describes, y es que en realidad es un día muy importante para nosotros los mexicanos ya que es una fecha en la que se olvidan los problemas que tenemos en nuestra sociedad y celebramos el formar parte de esta nación. Se celebra nuestra cultura, nuestras raíces y nuestra patria, pero en lo personal lo que más me gusta de este día es percibir como toda la gente siente con orgullo ser mexicano. Excelente artículo sigue así!

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    1. Tienes razón, se percibe cómo la gente se une para sentirse orgullosa de ser mexicana. Me alegro mucho de que te haya gustado! A pesar de que como extranjera se me escapan muchos matices. Gracias!!

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