Me indigna cómo a la gente le
gusta hablar sin saber. Ojo, que no critico la libertad de expresión ni
muchísimo menos, pero no puedo entender cuándo al listo de turno se le llena la boca de mentiras debidas a su
ignorancia y encima se cree que tiene razón. A ver, tío, que si no sabes de algo, no lo demuestres delante de
alguien que sí. Y últimamente me he encontrado a muchos dispuestos a opinar
de México sin haber puesto un pie en el país. Pues aquí estoy yo para desmontar
todos los prejuicios y miedos que os impiden descubrir por vosotros mismos el
país que más cosas me ha enseñado en la vida, por delante de todos los años de
colegio, carrera y trabajo. Esta es mi lista de falsos prejuicios que se desmontan
cuando vienes a México:
1. Es un país peligroso. Mucha casualidad
me parece vivir casi 2 años en él y no haber visto ni de lejos ningún tipo de
suceso peligroso. O tengo mucha suerte o a la gente solo le gusta exagerar. A
ver, tiene muchos problemas, de hecho la mayoría de ellos internos, como el
conflicto con los narcotraficantes, una guerra que se ha cobrado demasiadas
muertes. Pero no es como que vayas a viajar por México y te lo vayas a
encontrar, o como que no puedas volver sola a casa. El miedo es libre, y hay
que ser precavido, que no soy una loca, pero dejar que ideas impuestas por
otros dominen tu vida considero que es una soberana estupidez. Si ni siquiera
tenemos libertad para decidir por nosotros mismos si una cosa es así o asá, ¿qué nos queda?
2. Es pobre.
Visita las grandes ciudades de México y luego dime, porque igual es París la
que te parece pobre. Lo que hay en México es desigualdad, y mucha, pero no te
sientas Robin Hood por invitar a alguien a unas cervezas, porque aunque tu
poder adquisitivo sea mayor no quiere decir que la gente sea pobre. Además, que
te encontrarás con que los mexicanos son anfitriones de lujo y seguramente te
hagan sentir vergüenza por la cantidad de cosas que hagan por ti y que tú nunca
harías por ellos. Así que de pobres, nada. Y menos de espíritu.
3.
Se
comen burritos. Bueno, al menos en el norte esto es cierto. Ah, y además no
son burritos como tú los imaginas. De hecho, ese tipo de comida (Tex-Mex) es la
que se come en EEUU como mexicana, pero ni existe en México. Ya digo yo que nos gusta mucho hablar sin
saber…
4. Los mexicanos son solo pequeños y morenos.
A ver, que los hay, sí. Que yo, que mido 1,52 metros escasos, me siento normal
en México, también. Pero que hay gente alta por supuesto, claro que depende un
poco de sus orígenes y ancestros. Los mayas (y sus descendientes actuales) son
bastante chiquitillos, pero hay de
todo. Igual como lo de los rubios. A ver, no es que sean mayoritarios, pero de
que hay, hay.
5. Hablan como tú los imitas (creyendo que los
imitas bien). Ehh… será que somos
mucho de imitar. Que nos venimos arriba en seguida y nos creemos Carlos Latre
en un momento. Pero de verdad que, o eres semi-profesional, o cualquier
mexicano se sentirá bastante ofendido con la imitación y con razón. Aunque no
lo creas, exageramos mucho el acento, y lo hacemos parecido al norteño (bueno,
lo que más se le parece es eso), pero nos quedamos muy lejos de abarcar a todas
las variantes del país.
6. México no es un país extenso. No sé si
solo es cosa de españoles, el caso es que llegamos a México y nos pensamos que
esto debe de ser más o menos, de norte a sur, como de Irún a Tarifa. Unos 1000
Km, 1000 y algo a lo sumo. Jajaja y más
jajaja. México tiene una extensión aproximada de norte a sur de 5000 km.
Así que ríete tú de ir a ver el equivalente a Santander si aterrizas en
Alicante. Porque ni aterrizando en Madrid. Vamos, que para conocer el país
entero, yo creo que mínimo hay que venir 2 meses y pegarte unas palizas de
viajes que pa qué.
7. Los mexicanos van en burro, tienen sombrero
y se duermen al lado de un cáctus. Creo que esta idea es más gringa que
otra cosa, pero por si a alguien se le había ocurrido, le recomiendo visitar
DF. Venga de donde venga, creo que no se atreverá nunca más a soltar semejantes
estupideces por la boca.
8. Conocer Cancún es conocer México. No lo
puedes oír, pero no es que me ría, es que no paro de reír (y bueno, ya los que
dicen que Cancún es peligroso... igual es que tenemos un concepto diferente de
lo que es peligro y conocer algo). Igual que ir a Sevilla no
es conocer España, o ir a París conocer Francia, pero encima elevado a la
enésima potencia, teniendo en cuenta que cualquier ciudad, pueblo o región
mexicana no solo no tiene nada que ver con Cancún, sino que en muchas ocasiones
será muy diferente en función del estado en el que se localicen.
2. En México solo hay mariachis. Al igual
que en España no nos pasamos el día bailando sevillanas (de hecho vete al
norte, a ver si ves algo similar), es una muestra de todo el folklore del
país. Pero relacionar un país entero (y tan extenso) a una parte tan pequeña de todo lo que
engloba su cultura es más que pobre. Igual que si no eres de Sevilla o alrededores
no te gusta que te venga un extranjero pidiendo que te pongas el vestido de
folclórica, no vayas tú haciendo lo mismo.
Puede que no sea México un país
que te atraiga, o puede que tus prejuicios sean sobre otros lugares. En todos
los casos, los prejuicios muestran dos cosas: miedo e ignorancia. A mi juicio,
dos de las peores lacras del ser humano, que provocan otras peores, como
racismo, intolerancia, fanatismo, discriminación, etc. Y cuidado, si empiezas
con aquello de “y yo no soy racista/intolerante/etc.” porque entonces
seguramente lo seas, y no quieras.
“No es mi culpa” pensarás.
Cierto. No es tu culpa que hayas nacido sin tener que preocuparte qué llevarte
a la boca mañana. Pero no pienses que no es tu responsabilidad, porque tu
iPhone, tu iPad o tu smartphone están hechos de materiales que se extraen de países (digamos “pobres”),
donde no existe una legislación en cuanto a la seguridad en una mina, o donde
se trafica con esos materiales (incluso niños soldado) o donde se explota
laboralmente a niños y adultos. Mismamente tu ropa se fabrica en esos países.
Así que como parte final de la cadena, es un problema que te pertenece, por
mucho que la sociedad de consumo te haga mirar para otro lado.
Cada día vivimos más cómodos en
nuestro sofá, escuchando miles de noticias horribles que no logran sacudir
nuestra conciencia más que por unos minutos. “Pobres niñas nigerianas” y
cambiamos de canal, no sea que nos vayamos a perder tal o cual concurso. No
digo que dejes tu vida plantada en el salón y te vayas a hacer misiones, pero
por lo menos, ya que vida no hay más que una, aprovéchala y no dejes que los
miedos decidan por ti. No dejes que los miedos te impidan ver que, fuera de
Europa, EEUU, Canadá y Australia, la mayor parte de la población mundial vive
unas realidades muy diferentes. Que tú has sido – según la sociedad – un
privilegiado por nacer en países del llamado primer mundo, y el éxito en la
vida lo alcanzarás si consigues un trabajo estable, una casa, un coche y cuanta
tontería se te antoje. No te confundas. En realidad estás siendo parte de un
sistema de opresores y oprimidos, de países ricos y países pobres, de países
donde ponen vallas con cuchillas, no sea que otros quieran un pedazo del
pastel, que es solo para unos pocos, y países donde solo ven salida en
superarlas. No cierres tus ojos al mundo creyendo todo lo que te cuentan porque
afuera de tus comodidades, lejos de tu salón y de tu tele plana de no sé
cuántas pulgadas, hay muchas realidades, y quizás algún día te des cuenta de
que no eres feliz coleccionando cosas, y que todos esos miedos que te
impidieron ver el mundo real te impedirán ser feliz siempre.
Hola Karen. Rebuscando por la red blog sobre México, he dado con tu post y he decirte que me ha encantado de principio a fin. Una de las razones por las que empecé en el mundo blogger fue para, además de compartir mis experiencias, quitar la imagen estereotipada que se tiene de este país para ver si alguien se anima a ir más allá de Cancún y Chichen.
ResponderEliminarUn saludo!!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarHola Juanjo! Me alegro mucho de que te haya gustado!! La verdad es que todo el mundo que va a México o repite o se queda con ganas de hacerlo, pero con la gente cerrada de mente que no quiere salir de su zona de confort poco se puede hacer. Muchas gracias por el comentario!! :) Un saludo!
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