Son innumerables (además de paradisíacas) las playas que
merece la pena ver en México. Y sin duda la zona más concurrida y conocida es
la de Cancún – Playa del Carmen – Tulum (lo
que mayormente se conoce como Riviera Maya). Si bien es cierto que la
riqueza natural y paisajística de la zona bien merece la pena, al igual que la
cantidad y calidad de sus restos arqueológicos, la masificación y los precios para gringos que caracterizan
toda la zona hace que a los mochileros no nos guste mucho todo esto. Además, en
realidad esto no es México. Al menos,
no todo…
Cancún, la verdad, para quien
lo quiera. Ni merece la pena, ni es bonito, y desde luego, no es barato.
Sus playas públicas no están cuidadas, y ojito
con entrar en el terreno de los hoteles porque te van a ir echando como si
azuzaran perros callejeros. Pero si de verdad es absolutamente necesario parar en Cancún, hay algunas cosas que
debes saber.
La mayoría de hostales y hoteles
en Cancún (hoteles tipo hostales, no tipo resorts) están en el centro de
Cancún, que es feo de narices. Pero
bueno, al menos podrás dormir por unos $150 (9 euros), eso sí, lejos de la
playa. Sin duda recomiendo el Haina Hostal o Mundo Joven Cancún. Alrededor hay
muchos puestos callejeros y comida de verdad típica mexicana, de la que come la
gente que trabaja en los hotelazos. Si quieres ir a la playa, hay camiones
urbanos que te llevan por unos $7,5 (aproximadamente 0,45€).
Pero como digo, las playas de
Cancún no son ninguna maravilla. En cambio, sí merece la pena visitar Isla Mujeres, una pequeña islita
enfrente de Cancún. Para ir allí, hay que tomar el ferry (el más barato, en
pesos mexicanos y no en dólares, se toma desde Puerto Juárez, y cuesta $146,
unos 9 euros, ida y vuelta). El ambiente, claramente diferente del de Cancún,
se asemeja más a lo que esperamos por destino de playa tranquilo, bohemio y
puramente mexicano. Aunque los turistas sigamos siendo dólares andantes, al
menos es mucho más apacible y de lejos, mucho más bonito.
Además, en sus aguas se asienta el Museo Subacuático de Arte, para los que les guste hacer algo diferente, y que no tengan miedo a bucear...
Desde Cancún también se pueden
visitar las ruinas mayas de Chichén-Itzá,
las más famosas y de las mejor conservadas, aunque desde luego excesivamente
explotadas desde el punto de vista turístico. No olvides llevar agua y gorro si
vas, porque no hay apenas sombras y el calor que hace (en cualquier época del
año) resulta abrumador.
También es muy, muy recomendable
la isla de Holbox. No tan conocida
(o sí, pero al menos no tan cercana y no tan visitada), se encuentra a 10 km de
la costa, y constituye una reserva de la biosfera. Se trata de un lugar
idílico, con calles de arena blanca, sin asfaltar, y casi sin automóviles. Se
accede por vía marítima desde el puerto de Chiquilá (para llegar allí se puede
ir desde Cancún en camión, por $84, unos 5 euros), donde se toma el ferry.
Eso sí, aquí no encontrarás hordas de gringos cuya única
preocupación sea dónde está Coco Bongo (la discoteca más famosa de Cancún). Holbox
es un lugar de tranquilidad y naturaleza. La mayoría de gente que va lo hace
para ver, nadar o esnorquelear con el tiburón ballena (solo posible de mayo a
septiembre) o para la practicar el buceo, ya que es una zona con gran
diversidad marina.
Otro destino agradable es Playa del Carmen. A una hora de Cancún
(se puede ir en colectivos o en ADO o Mundo Mayab por unos $45), sí ofrece una
gran cantidad de hostales a dos pasos de la playa, más o menos por el mismo
precio que encontramos en Cancún. Posee una especie de Quinta Avenida (se llama así), un andador (paseo
peatonal) lleno de vida, restaurantes, tiendas y demás, que constituye el
corazón del pueblito. Acostúmbrate al acento argentino, porque no sé cómo ni
por qué, pero en Playa del Carmen tengo la sensación de que hay más argentinos
que mexicanos. No es broma.
Desde aquí también se puede
visitar la isla de Cozumel o el
parque de Xcaret (una adaptación
gringa – de hecho el capital es puramente estadounidense – de lo que sería una
recreación de México, o sea, un Disneyland del país). Xel-Há es otra invención gringa asentada por esta zona. Muchos lo
recomendarán, y supongo que haya gente a la que le encante, pero hay otras
maravillas cercanas mucho más naturales y reales.
Para gustos los colores.
A mi juicio, el lugar más idóneo
para pasar unos días por el ajetreado caribe mexicano es Tulum. No es tan turístico y masivo como Cancún, tampoco tan hecho
a la medida del turista como Playa del Carmen o Cozumel, ni tan remoto como
Holbox.
El Hostal Casa del Sol ofrece el
alojamiento más barato ($150, 9€) e incluye desayuno. Se encuentra en la calle
paralela a la carretera principal, en la cual se encuentran la mayoría de bares
y restaurantes (tanto en Cancún, como en Playa del Carmen o en Tulum, pero
sobre todo en los dos primeros, siempre hay mucho ambiente y vida nocturna de
todo tipo).
El pueblo de Tulum no ofrece
mucho que ver, y en realidad no está tan
cerca de la costa, aunque es factible llegar caminando, pero lo más aconsejable
es rentar una bicicleta (suelen cobrar $50 por día, 3€) y acercarse desde el
pueblo a Playa Paraíso, la playa pública a un lado de las ruinas de Tulum y que
hace honor a su nombre.
La arena blanca, el agua azul turquesa,
la inmensidad del lugar y la tranquilidad que se respira hacen de Playa Paraíso
un lugar indescriptible. Y por si no fuera suficiente, se pueden ver las ruinas
desde la playa.
Si bien Chichén-Itzá es
agobiante, Tulum es precioso. Ya como asentamiento maya constituye un lugar
emblemático y único, cual vigilante de la costa con el océano a sus pies. Además,
te puedes dar el lujo de un bañito (o unos cuantos), puesto que tiene acceso a
la playa. Y por si no fuera suficiente, sus vistas sobre el mar son espectaculares.
No en vano es el lugar más fotografiado de la zona.
Cercanos a Tulum, hay varios
destinos de interés. Uno, como en toda la península, los cenotes. En Yucatán no
hay ríos en la superficie, sino que hay cenotes: aguadas interiores en
cavidades y orificios, que tenían un significado especial y mágico para los
mayas.
El más famoso de los cenotes
cercanos a Tulum es el Cenote Dos Ojos
(aunque hay unos 2000 cenotes en toda la península, por lo cual las opciones
son variadísimas). Comprende en realidad casi 3, comunicados por sus grutas,
por lo que lo mejor para conocerlos es bucear por ellos (para lo que cual hay
que pagar el alquiler de equipo y toda la historia). La entrada cuesta $150
(9€), y se llega a él por la carretera principal en las combis que llevan a
Playa del Carmen (cuesta unos $30, menos de 2€).
Vayas al cenote que vayas
(excepto el de Chichén-Itzá), entenderás por qué los mayas los veneraban tanto.
No solo son una fuente de agua dulce, sino que constituyen una maravilla para
los sentidos con sus aguas cristalinas, sus grutas, sus reflejos de los rayos
de sol que consiguen llegar solitarios a la superficie… En resumen, hay que ir a uno.
De camino hacia Playa del Carmen,
se encuentra la playa de Akumal, una
hermosa playa masivamente invadida por turistas. La razón: se pueden ver
tortugas marinas en todas las épocas del año (de hecho Akumal, en maya,
significa ‘lugar de tortugas’). Para ello, son necesarias unas gafas de bucear
(y según los que las alquilan, también es obligatorio el uso de chaleco
salvavidas, pero la verdad es que si sabes nadar, no hay problema). En nuestro
caso, como nos parecía muy caro el alquiler ($70 las gafas, $70 el chaleco y
$70 las aletas) le pedimos a una señora las suyas y nos las fuimos turnando.
Y lo dicho, te sientes un poco en modo Benidorm por la cantidad de
gente que hay, pero el nadar al lado de una tortuga (tortugota), viéndola comer en el fondo o salir a la superficie,
bien merece la pena.
Otra playa a la que van las
tortugas, pero solo en época de desove (de mayo a noviembre) es Xcacel. Más retirada y tranquila, o
quizás un poquito menos conocida, es una de las más hermosas del lugar. Tanto a
Akumal como a Xcacel se puede acceder caminando desde la carretera, adonde
llegan las combis desde Tulum por unos $25-30 (1,50-1,80€). Con razón aquí se encuentra el Santuario de la Tortuga Marina, y de hecho se lleva a cabo también un festival en honor de la misma, en octubre.
De hecho, hay muchas peculiaridades y anécdotas en torno a las tortugas. En México, a las típicas litronas de España, se les dice Caguamas, en honor a Caretta caretta, un tipo de tortuga del mismo nombre.
Lejos del mundanal ruido, se
encuentra Mahahual. Sí,
probablemente poca gente haya oído hablar de este pequeño pueblito de
pescadores, que aún guarda el encanto que probablemente tenía hasta el mismo
Cancún antes de ser convertido en un centro hotelero para turistas.
Se encuentra más o menos a medio
camino entre Tulum y Chetumal (pueblo fronterizo con Belice), pero se tarda en
llegar unas 3-4 horas. Se puede ir en camión tanto en ADO como en Mayab o en
colectivos. Aquí puedes encontrar toda la información al respecto, y más: http://www.tumahahual.com/es/mahahual/como-llegar
Hay muchas formas de alojarse,
tanto en camping, hostales, cabañas… Al igual que Tulum, depende un poco del
precio que puedas pagar (por ejemplo, el hostal cuesta $130, unos 8€).
Además de la belleza de Mahahual
y sus playas, está muy cercano a Banco
Chinchorro, un atolón de coral, también espacio protegido (abundan en esta
zona), con gran biodiversidad marina y que contiene un montón de secretos en
sus aguas. Y es que a lo largo de los años, numerosos barcos naufragaron en
estas aguas, permaneciendo por siempre tales navíos, testigos mudos de tantas y
tantas historias.
A una hora de Mahahual se
encuentra Bacalar, un pueblo mágico
de gran importancia en época prehispánica y conocido hoy en día por su laguna,
también llamada Laguna de los Siete Colores, por la variedad de gamas de
colores azul-verdoso que se ven en sus aguas al reflejarse la luz del sol. Además,
allí se encuentra (¡cómo no!) otro
cenote: el Cenote Azul, conectado al lago, de impresionante belleza, sobre todo
por lo intrincado de sus galerías.
Y para terminar, no se puede
pasar por alto la reserva de la biosfera de Sian Ka’an (cuyo significado en maya es ‘donde nace el cielo’ – obviamente algo con ese nombre no puede
dejar de visitarse). Nada que ver con sus alrededores, contiene zonas casi
vírgenes con playas, lagunas, manglares y fauna y flora digna de admiración.
Se encuentra a tan solo 6 km de Tulum,
pero tan solo hay un autobús local (que lleva a los trabajadores de la zona,
por $15, unos 0,90€) que se adentra en sus profundidades. Se toma en la plaza a
mediodía (únicamente). También hay combis que llevan a Punta Allen, extremo sur
de la reserva. Las otras formas de llegar solo contemplan el viaje en tour o en
taxi.
En Sian Ka’an hay zonas de
acampada, pero como digo, no hay turismo como tal, así que es la única forma de
alojarse. Desde luego, Sian Ka’an no es para todo el mundo. No es para el
turismo que va a Cancún para tirarse en un camastro con un mojito o una piña
colada como máximas preocupaciones. Es una zona natural única, muestra una vez
más de lo diferente que puede ser este país. Porque encuentras desiertos al
norte, impresionantes megalópolis en el centro y lugares únicos y
espectaculares de naturaleza virgen incluso donde menos te lo esperas. Hasta en
Cancún.
Tengo que agradecer parte de este post a un gran amigo como Sergio, que
además de darme mucha información sobre Holbox y Bacalar, es el autor de las
fotos del primero. ¡¡A ver cuándo vuelves y nos damos un paseo por lo que nos
falta por conocer!!
Genial, me ha encantado!
ResponderEliminarGracias!! :D Qué bien que te haya gustado!! A ver si te animas a venir... ;)
ResponderEliminarBrutal Karen!! De verdad te lo digo, móntate una agencia o algo... y si la gente fuese un poco avispada se daría cuenta que nadie conoce mejor la zona que una persona que está allí.
ResponderEliminarVete organizándonos algo que a algún Biotec lo engaño fijo!!;)
Gracias Javichu!!! Confío en convenceros antes o después ;)!!
EliminarSi algun dia voy de visita, creo q ya se a quien avisar para aconsejarme, jaja. Ta muy bien explicado y ye de mucha ayuda el blog :)
ResponderEliminarMuchas gracias Ali! :) un gustazo que pienses eso!
EliminarHola yo soy de Cancún y es un hecho de que las playas publicas no estan bien cuidadas y como dices si entras a playas de los hoteles te corren muy feo.
ResponderEliminarClaro tambien es verdad que los hoteles, hostales y alojamientos más ecónomicos estan en el centro de la ciudad el cual no es muy vistoso.
y claro tambien es caro, sobre todo si vas en el plaan de turista y quieres disfrutar de los tour de cancun como nado con delfines, snorkel o buceo.
Todo eso no lo discuto y tienes razón, pero aclaro que no todo es malo y realmente la ciudad tanto la zona centro como la hotelera tiene muchas cosas que entregar.
en todo lugar tendra lo malo, lo bueno y lo jodido y cancún tiene más cosas buenas que malas, el detalle es que los rutistas no bajan más alla de la zona hotelera.
ha y como update alcaro que el transporte publico subio a 10 pesos zona centro y 12 pesos zona hotelera, y claro si pagas con dolar o euro los choferes se quedan tu "Cambio" y es mejor rentar un auto o un servicio de Traslado privado
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